¿Cómo se tramita un siniestro?
Sin embargo, no hay que entender siempre el siniestro desde una perspectiva negativa, porque hay siniestros de carácter positivo, como por ejemplo, llegar a la edad de jubilación y adquirir el derecho a percibir una renta.
Para entender mejor el concepto de siniestro, a continuación se exponen algunos ejemplos:
- El incendio que origina la destrucción total o parcial de un edificio asegurado.
- El accidente de circulación del que resultan lesiones personales o daños materiales.
- El fallecimiento o la invalidez de un asegurado en una póliza de vida o de accidentes.
- La enfermedad o la intervención quirúrgica de un asegurado.
- El naufragio en el que se pierde un buque o las mercancías transportadas.
- El granizo que destruye una plantación agrícola asegurada.
En ocasiones, algunas personas se sienten frustradas cuando pagan la prima, no tienen ningún siniestro durante el periodo de cobertura y, por ello, no reciben nada «material» o «económico» a cambio. Sin embargo, esa es la esencia del seguro: la promesa de una indemnización en caso de que ocurra un evento accidental o fortuito cubierto por las garantías de la póliza.
¡Si no sucede nada malo, es buena señal! La protección existe desde la contratación del seguro aunque no seamos conscientes. En el momento en el que ocurra cualquier hecho previsto en la póliza, la compañía de seguros va a garantizar la reparación o indemnización de los daños.