En el estudio de Graciela Iturbide

La artista mexicana nos recibe para hablar de su vida, de México y de fotografía

La artista mexicana nos recibe para hablar de su vida, de México y de fotografía
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Ciudad de México, una tarde de agosto. Graciela Iturbide nos recibe en su estudio, un edificio de tres plantas que destaca entre las casas bajas colindantes, como una torre de barro.

La excusa para esta cita tan esperada es unir, entre estas paredes de ladrillo rojo, cristal y madera, la vida de tres mujeres artistas cuya obra tiene una gran conexión con México: Tina Modotti, Leonora Carrington y Graciela Iturbide.

Mientras grabamos el vídeo hablamos de su vida, de México y de fotografía, su gran pasión que nos va a acompañar durante toda la entrevista.

¿Cómo te presentarías?

Me llamo Graciela Iturbide y me dedico a la fotografía. Estudié primero cine, pero cambié a la fotografía porque era más fácil cargar el equipo y viajar por todas partes con una sola camarita o dos y así trabajar un poquito mejor. Hago fotos desde hace unos 40 o 50 años, primero fue en los pueblos originarios de México, pero, como ha habido y hay mucho narco en México, dejé los pueblos originarios y ahora viajo mucho a Europa, a Madagascar, a la India y a diferentes sitios según las oportunidades que me surjan. Obviamente se trata de trabajos que me dan, pero me encanta descubrir el mundo a través de mi cámara.

¿Qué lugar ocupa la fotografía en tu vida en este momento?

El primer lugar. La fotografía para mí es lo más importante. Sin fotografiar yo me moriría porque la cámara es un pretexto para conocer la vida y el mundo. Vas a un lugar, vas entendiendo sus costumbres, vas platicando con la gente… esto me ha servido para acercarme a la gente porque necesito su complicidad. La fotografía es el primer lugar en mi vida. Si no estoy fotografiando, estoy viendo negativos, estoy haciendo libros… ¡Me encanta descubrir la sorpresa!

¿Cómo llegaste a la fotografía?

Yo quería estudiar literatura, pero mi casa era hiper conservadora, con obispos, arzobispos y capilla en casa de mi tía con la eucaristía puesta, que eso está prohibido pero el Vaticano le dio el permiso de hacerlo. En ese contexto, yo, que desde niña era bastante rebelde y en mi familia soy la oveja negrísima porque todos son muy conservadores, somos 13, entonces quería estudiar Literatura y Filosofía y Letras para ser escritora. Y mi mamá me dijo: ¿estás loca? ¡tú no vas a entrar a la Universidad!  Entonces yo me casé muy jovencita, de 20 años, tuve 3 hijos y cuando estaban un poquito mayores fue cuando empecé a estudiar. En esa época, en el 69, en la clase éramos tres mujeres y bastantes más hombres, pero yo nunca tuve problemas; yo nunca he tenido ningún problema en mi trabajo ni con los hombres ni con las mujeres.

Leonora Carrington, Tina Modotti y Graciela Iturbide…

Bueno, yo no tengo nada que ver con ellas, ojalá. Yo soy una simple fotógrafa, una enamorada de la fotografía que con mi cámara descubro la vida, pero no soy como ellas… Leonora destacó en esa época en la que era un poquito difícil destacarse como mujer, fue una gran pintora. Tina Modotti fue una de las pocas mujeres fotógrafas que había en su época e influyó en muchos fotógrafos. Evidentemente era una mujer que se valió a sí misma, una mujer muy libre.

Tina Modotti murió casualmente cuando yo nací, en el año 42. Cuando llega a México, y como siempre fue una mujer muy politizada, se mete al Partido Comunista. Según Álvarez Bravo, que es un maestro, Tina es una fotógrafa mexicana, aunque fuera italiana de nacimiento, aunque viviera en San Francisco; según Álvarez Bravo, Tina se hizo en México.

Leonora Carrington era una mujer maravillosa. Yo tuve el gusto de conocerla un día en su casa. Llegó a un México increíble en el que estaban los muralistas, estaba Álvarez Bravo, María izquierdo, que era muy muy amiga suya…. Pero Leonora siempre estuvo aparte, se dedicaba a la pintura y le encantaba todo lo que tuviera que ver con la magia. En su casa, en las puertas, había cosas de los huicholes o de Michoacán.

Entonces viene Bretón y dice que México es surrealista, pero yo no estoy de acuerdo. El surrealismo fue maravilloso en la época que se hizo en París con Max Ernst, con Dalí y con todos ellos, pero me parece un poco dictador Bretón cuando llega a México y dice que este país es surrealista; va a Cuba y dice que Cuba es surrealista, y ¡no!: México es maravilloso y tiene sus cualidades, pero no es surrealista, no tiene que ver nada con el surrealismo.

Me doy cuenta ahora de que, de alguna manera, hay un punto de conexión entre Tina Modotti y Leonora Carrington porque Weisz, el esposo de Leonora, es el que recibe la maleta con los negativos de Gerda Taro y Robert Capa, que formaron parte de ese grupo de fotógrafos muy politizados que coincidieron en la guerra de España con Tina Modotti.

Creo que si hablamos de mujeres que han estado en el arte ambas valen mucho la pena. Hay que seguir su ejemplo.

¿A qué se dedica hoy Graciela Iturbide?

Ahora estoy con los volcanes, con el campo, estoy haciendo un libro de animales, de unas pandillas de Los ángeles…; pero sobre todo ahorita estoy muy, muy entusiasmada con el volcán, porque fui a Lanzarote y ahí descubrí que venimos del Homo Sapiens. Así que estoy muy feliz porque encontré el origen en mi vida; estoy leyendo a Darwin y todo lo que puedo sobre el tema. Estoy encaminada al volcán como origen de la humanidad, así como a la lava, los cactus…