Sueñas verlos con toga y birrete: un seguro educativo

Para muchas familias el mejor legado que le quieren dejar a sus hijos es la educación, y por ello, ante su temor de no poder acompañarlos para verlos concluir una carrera universitaria, padres y madres optan por contratar un seguro educativo.

De acuerdo a cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en México hay 31 millones de jóvenes de entre 15 y 29 años de edad, que representan 25 por ciento de la población, de esta cifra, 10.8 millones están en el rango de entre 15 a 19 años.

Cerca de 10 millones están en el grupo de entre 20 a 24 años y 9.9 millones de entre 25 y 29 años de edad.

Ante estas cifras, las aseguradoras cuentan con productos que ayudan a las madres y padres de familia a lograr el sueño de sus hijos.

¿Qué es y cómo funciona?

Regalar un seguro a los hijos es una demostración del cariño que se tiene hacia ellos.

El seguro garantiza el acceso a una carrera si alguno de los padres o ambos, por alguna circunstancia, no pueden estar con ellos durante esa etapa.

A este tipo de productos se les conoce como seguros dotales de ahorro, donde los padres o madres pagan una prima, mientras que la compañía invierte ese dinero para garantizar el pago de lo ahorrado cuando el menor llega a la mayoría de edad, a los 18 años o en caso de que falte alguno de los padres.

Se le llama educativo, porque está pensado para que los hijos continúen sus estudios en algún instituto de su elección, ya que se cubren las colegiaturas del mismo, por el periodo que dure la carrera.

Incluso, se busca que los beneficiarios no trunquen sus sueños y puedan seguir con algún postgrado o algún tipo de educación continua.

Sin embargo, con el paso del tiempo y el cambio de pensar de muchos jóvenes, algunos de ellos ya no prefieren estudiar, sino emprender algún negocio, por lo que los recursos de este tipo de seguros los pueden usar para financiar sus proyectos.

Los seguros educativos tienen como base el ahorro, recursos que invierten las aseguradoras, mismas que están bajo la supervisión de la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas (CNSF), un ente regulador del sector.

Con ello, los padres de familia pueden estar tranquilos, que los recursos de sus beneficiarios serán lo suficiente para hacerle frente a su reto al futuro.

Emprender

Como se dijo líneas arriba, no todos los jóvenes quieren estudiar una carrera universitaria, sino seguir sus sueños y estos pueden iniciar su propio negocio o asociarse con alguien más para sacar adelante un proyecto en común.

Si bien los recursos están etiquetados para la educación, de ser voluntad de los beneficiarios y estando de acuerdo con su representante legal, estos los pueden usar para estos proyectos.

De una forma se busca estimular el crecimiento del beneficiario, puede ser a través de la continuidad de sus estudios o en el emprendimiento de proyectos de vida.

Lección post pandemia

De acuerdo a datos del Inegi, en el ciclo escolar 2020-2021, por falta de dinero o recursos no se inscribieron 5.2 millones de personas por motivos relacionados al covid-19.

La pandemia provocó afectaciones económicas a muchas familias, donde los más perjudicados fueron los niños y jóvenes de los hogares.

De ahí la importancia de contar con productos de este tipo, que permitan continuar con la educación de los niños, por ello el desarrollo de estos productos que buscan blindar a futuro el bienestar de los más pequeños.